XVIII Festival del Títere de Torreperogil

Allí nos recibió Nati, que fue una maravillosa anfitriona y nos descubrió cosas aún mucho más extrañas. Para la población que tiene, unos 8.000 habitantes, tienen el Festival de Títeres con una programación muy potente y bien pensada (este año iba Teatro Corsario, entre otros); otro de blues, certámenes teatrales, cine no comercial... El ayuntamiento, aparte de invertir en ladrillo, está invirtiendo en cultura y, lo más importante, los políticos dejan trabajar a sus técnicos. La quijada se nos cayó al suelo. Nunca habíamos visto nada más extraño.
Por lo demás fue bonito reencontrarse con este espectáculo que, para mí, es uno de los mejores que tenemos en el repertorio, pero el más difícil de mover. Y nos sorprendió enormemente la buena respuesta del público. Claro, que llevan 18 años de festival y eso se nota.
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