El pasado 31 de octubre estuvimos en la Biblioteca de la Luz, en Avilés. La verdad es que las bibliotecas tienen siempre algo mágico y es un gusto trabajar en ellas. Y si son de Asturias ni os cuento.
La sala se llenó hasta arriba y hubo gente que no pudo entrar, pero seguro que habrá otra ocasión
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