La vida es sueño del Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín


Preocupado por mi formación como titiritero, Perico me ha mandado últimamente a ver unos cuantos espectáculos. ¡Algunos de adultos! ¡Con lo que me cuesta entender los espectáculos de adultos!

El último ha sido La vida es sueño, de Calderón de la Barca, llevada a escena por el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín y adaptada por Carlos Almeida. Con muy pocos medios llevan a escena la obra de una manera sorprendente, imaginativa. Merece la pena verlo, desde luego. Tiene hallazgos muy buenos a la hora de crear físicamente los personajes. Sólo una cabeza en la mano del titiritero, envuelta muchas veces en un gran plástico que formaba sus cuerpo y que permitía que el personaje fuera enorme o se encogiera. Buena manipulación... Pero lo que más se agradecía era el verso. Muy bien dicho. Podía haber sido una tortura, ya que decir el verso no es tan fácil, pero era una delicia oír el texto de Calderón de boca de los actores del Grupo de Titiriteros.

No me gustó la iluminación. En absoluto. Los personajes se quedaban muchas veces a oscuras, fuera de luz, o la luz era tan baja que yo no distinguía las facciones del personaje. Otras veces la luz era tan puntual que iluminaba al titiritero, pero no a la cabeza que manipulaba. O manchaba todo el fondo, dejando ver la estructura que tapaba a los actores. Era una iluminación que me recordaba mucho a la danza, con muchos contras y calles, que permite ver las figuras, pero no distinguir los rostros.

Tampoco me terminaron de convencer las cabezas de los personajes, como aves picudas. Me recordaban a los pajarracos de Cristal Oscuro.

La adaptación está bien, pero me pareció que acortaba demasiado. Tanto que el final llegaba en un amén, demasiado rápido, y no había dado tiempo a entender bien la historia, ni a sentirte reflejado con Segismundo ni con ninguno de los personajes. Me pareció que marcaba la sucesión de hechos, pero no dejaba empatizar con los sentimientos.

- Con tanta cosa negativa, cualquiera diría que no te gustó. - Me dijo Perico.
- Sí, sí, estuvo bien, me parece un buen espectáculo.
- ¿Estuvo bien? ¿Sólo estuvo bien? ¿Pues sabes que han ganado el Premio del Almagro Off? ¡Cómo que estuvo bien! ¡Debe de ser muy bueno!
- Bueno, es que es un espectáculo para adultos... y ya sabes que a mí me cuestan un poco.
- Madre mía, espero que tus padres rompieran el molde cuando te hicieron.

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