La lavadora feliz

Tiene que ser un subidón tener una lavadora así, que cuando llegues cansado del trabajo, después de haber sudado bien la camiseta, de haber estado andando arriba y abajo con el mismo par de calcetines y de haber pasado dos días con la misma ropa interior, te reciba con esa cara de ilusión.

- ¿Tienes algo para mí? ¡¿Huelo a calcetín añejo?!
- Espera, que hoy me meto yo vestido y todo.
- ¡Yupiiiii!

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