El movimiento 15 de mayo... ¡Aún hay esperanza!
El viernes pasado estuve por la plaza de Sol y Pepe insistió en que él también iba. El sábado volvimos. ¡Qué pasada! Se respiraba un ambiente genial, todo organizadísimo, muy tranquilo..., ¡Punkis y greñudos barriendo la plaza con su escoba y su recogedor! ¡Universitarios repartiendo bocadillos y bebida para que a nadie le diera un telele! ¡Un espacio para los niños! ¡Qué esperanza, otro mundo es posible!
El 22 fueron las elecciones y, como estaba previsto, el PP arrasó. El golpe brutal de la realidad. ¿Ha fracasado el 15-M? ¡Aún no! Todo depende de lo que ocurra ahora, de si se pierde la esperanza o se sigue adelante.
En cualquier caso es pronto para decirlo. El 15-M es el nacimiento de un movimiento que no mira a derechas ni izquierdas, sino que está harto de políticos corruptos, de injusticias, de que los mercados impongan su criterio sobre los gobiernos. Ahora pueden ocurrir dos cosas, que acabe pisoteado por los medios de comunicación y los grandes partidos a los que no les interesa que siga este movimiento o que crezca y se haga más fuerte. Mientras hay vida, hay esperanza.
¡Aún es posible un mundo mejor!
Comentarios
Es cierto, hay que procurar no engañarse. El 90% de la gente que estuvo en Sol tenía ideología de izquierdas. Pero no nos engañemos ninguno, de ahí a pensar en un complot para restar votos al PP en favor de un pacto IU - PSOE, tampoco me parece muy realista.
Lo que había en Sol era muchísima gente hasta las narices de políticos que sólo piensan en cómo mantener su poder. Hartos de que mientras ellos tienen unas condiciones laborales blindadas, el resto de los mortales se tenga que apretar el cinturón hasta ahogarse. Hartos de que en todas las listas haya políticos imputados por corrupción y no pase nada. Lo que había en Sol era gente harta. Importaba poco si eras de izquierdas, de derechas, de tu padre o de tu madre, por eso el movimiento 15-M es apolítico, porque indistintamente de tu ideología hay cosas en las que todo el mundo está de acuerdo. Y lo que había y sigue habiendo es un ejemplo para nuestra clase política.